De «peligro» a «miedo»
Descubrimientos acerca de cómo el cerebro detecta las señales de peligro y las convierte en miedo traen noticias alentadoras para trastornos como el estrés postraumático, el autismo y la migraña.
En una investigación, publicada en Cell Reports en agosto de 2022, los científicos del Salk Institute de Estados Unidos descubrieron una vía molecular que procesa los sonidos, estímulos visuales y olores que generan sensación de amenaza y miedo. Mediante la molécula péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), las neuronas en distintas áreas del cerebro agrupan las señales de amenaza en una señal unificada, la reconocen como peligro y la transmiten a la amígdala, donde finalmente se convierte en miedo.
Se espera que este descubrimiento sea el puntapié inicial de nuevas terapias para los trastornos relacionados con el miedo, como el trastorno de estrés postraumático o las afecciones de hipersensibilidad, como el autismo, la migraña y la fibromialgia.
El autor principal de la investigación, Sung Han, es optimista en cuanto al potencial del descubrimiento en este respecto. Compara la vía en cuestión con un sistema de alarma central, donde las neuronas CGRP se activan con señales sensoriales negativas que llegan a través de los cinco sentidos.
De investigaciones anteriores, sabemos que hay diferentes vías que transmiten por separado estas señales de peligro al cerebro; lo que no se había demostrado hasta ahora era exactamente cuál era esa vía que unifica todas las señales.
Otro dato que ya se tenía es que la amígdala, responsable de generar una reacción ante ciertos estímulos externos e internos y formar recuerdos de miedo, recibe una información de regiones cerebrales cargadas de una sustancia relacionada con el miedo, el neuropéptido CGRP.
Basándose en los hallazgos anteriores, el equipo de investigación postula que las neuronas CGRP, situadas mayormente en el tálamo y el tronco encefálico, transmiten información multisensorial de amenaza a la amígdala, como un circuito capaz de generar respuestas de comportamiento acordes y recuerdos de aversión ante amenazas.
A fin de probar las hipótesis propuestas, realizaron experimentos en ratones, donde registraron la actividad de sus neuronas CGRP, mientras les presentaban amenazas multisensoriales, e identificaron qué modalidad sensorial activaba qué grupos de neuronas. Para determinar el trayecto de las señales después de salir del tálamo y el tronco encefálico, se utilizaron proteínas de distintos colores. También llevaron a cabo pruebas de comportamiento a fin de evaluar la memoria y el miedo.
Los hallazgos
Se pudo probar, entonces, que hay dos tipos distintos de neuronas CGRP, una en el tálamo y otra en el tronco encefálico, que se proyectan hacia áreas no superpuestas de la amígdala, en dos circuitos diferentes. Ambos tipos codifican los estímulos de amenaza comunicándose con redes cerebrales locales.
Además, se descubrió que ambos circuitos son necesarios para generar las respuestas que lo hacen a uno alejarse. Aunque los hallazgos se demostraron en ratones y no en humanos, en ambas especies, se encuentra una fuerte presencia de CGRP en las mismas regiones del cerebro, de modo que es posible que estos circuitos tengan que ver con los trastornos psiquiátricos relacionados con la percepción de amenazas.
Los investigadores esperan conocer más de las señales del CGRP en estos circuitos para entender cómo influye en otros trastornos que involucran anormalidades en el procesamiento de los estímulos.
El coautor principal Sukjae Joshua Kang explica que, para tratar las migrañas, se utilizan medicamentos que bloquean el CGRP, por lo que espera que esta investigación pueda validar el uso de estos medicamentos para aliviar los recuerdos amenazantes del trastorno de estrés postraumático o la hipersensibilidad multisensorial del autismo y la migraña.
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